Destino desde la Visión Sistémica
Nuestro destino desde la Visión Sistémica lo vemos dirigido por fuerzas mayores y colectivas. Dentro del mismo tenemos la libertad individual y la posibilidad de elección.
La visión sistémica nos introduce la ley de sistemas donde la individualidad se ve influenciada por lo colectivo, siendo parte inevitable del mismo, la época, el lugar de nacimiento, la clase social, la raza, en algunos casos y todavía hoy en día mayoritariamente la religión… como muchas otros condicionantes del entorno.

Vemos que nuestra vida parte de condicionantes ajenos a nuestra elección. Partiendo de la premisa principal que los padres nos tocan, no es una elección.
A pesar de lo que muchas otras filosofías piensan y comparten desde un nivel o marco distintos, la sistémica nos reduce a las relaciones humanas de esta vida, de esta encarnación… Descifrando algunas de las reglas que la motivan.
La Familia nos toca
Cuando decimos que la familia nos toca, nos volvemos humildes, nos ponemos en una posición de honra hacia nuestros ancestros y principalmente a nuestros progenitores.
Así podemos verlos cada vez más humanos, viviendo sus destinos de la misma manera que a nosotros nos toca.
Tomar la humanidad al completo de nuestros padres biológicos nos abre hacia el amor a nosotros mismos, permitiendo aceptar nuestras sombras más oscuras, en las que se reflejarán las fidelidades sistémicas.

Fidelidad Sistémica
Entendemos por fidelidad sistémica las decisiones inconscientes que tomamos desde nuestra concepción y durante los primeros años de nuestra vida en amor mágico a nuestro sistema familiar de origen.
Permíteme que desarrolle un poco esta idea:
Al nacer el feto, bebe o niño siente una inmensa fusión con el todo, con la madre y con el Sistema familiar. No tiene capacidad de individualizarse, no todavía.

En esa fusión inmensa y con toda su gratitud por la vida regalada además del amor de la fusión con el todo, el recién llegado se siente omnipresente, omnipotente y que puede resolver cualquier dolor de lo que es más urgente para la familia en el momento de su creación.
En este punto, comienzan a establecerse la Fidelidad Sistémica desde dos posibilidades:
- Decir Yo por ti.
- Decir Yo como tú.
A diferentes ancestros, lo cual nos lleva a la repetición de lo que antes sucedió en nuestros ancestros y dirigir nuestro Destino a suplantar sus identidades.
Parece bonito verdad, lo trágico es que nos dificulta nuestra vida, por vernos atados al pasado y no tener la capacidad de estar en el presente y la creatividad, sino estar atados al pasado y a las tragedias de nuestros ancestros.
Una vez adultos, entonces sí que entra la energía del Libre Albedrío. Que no es otra que la posibilidad de rendición desde la honra y el amor a lo que nos toca para liberar así estas fidelidades que por amor inconsciente adoptamos de pequeños.
Posibilidades de Fidelidad
Con los padres principalmente y con sus hermanos, los abuelos y sus hermanos, algún que otro bisabuelo y con excluidos del sistema familiar que pesan en la conciencia del sistema familiar.
Los excluidos son las personas que han sido rechazadas, olvidadas o que gracias a las cuales nuestro sistema familiar obtuviera un beneficio en perjuicio de estos excluidos.

Podemos ver que entonces el destino está dirigido por estas fidelidades.
Otros aspectos del Destino.
El destino como te decía al principio está ligado a la época y lugar al que pertenecemos, en base al mismo tendremos diferentes posibilidades. Diferentes influencias energéticas de la colectividad que por fuerza van a influenciarnos.
Un ejemplo fácil de reconocerlo es cuando nos encontramos con amigos, hay muchas cosas que nos unen, especialmente un sentimiento de pertenencia que hará que adoptemos creencias, ideales, costumbres… solo para sentirnos parte del grupo.
Hay otra influencia relevante sobre el mismo. Para el Sistema Familiar, un nuevo hijo es una nueva posibilidad.

De manera que para cada uno, se establece una meta diferente. Esta meta que es a la vez una necesidad del sistema familiar condiciona nuestra vida, funciona como un atractor a cumplir nuestra misión para el sistema familiar.
Si esta misión se cumple, significa un salto cuántico para el sistema familiar, en el sentido que los siguientes hijos ya no tienen que cumplir esta meta, sino que la misma ya ha sido integrada, conciliada, superada e incluida como solución en el alma familiar.
Si no se cumple, otro descendiente tendrá que hacerlo.
Así vemos que nuestro destino está condicionado por muchos lazos energéticos, por mucha información que llega desde generaciones inmemorables hasta nosotros.
La mejor manera de poder dirigir nuestra libertad individual es la honra y la rendición a lo que nos sucede, elegir vivir la vida que nos toca y elegir estar en el presente.
Cuando estamos en el presente, la influencia de las fidelidades se transforma en una resonancia de baja vibración que impide la repetición por fidelidad. Aparece entonces la creatividad y la capacidad de elección a una nueva posibilidad.
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